jueves, 10 de noviembre de 2016

SARA LARGO HELLÍN (9/11/2016)


Hola chicas y chicos, hoy os voy a contar mi día:
Me desperté a las 8:00, apagué el despertador y me volví a dormir. Cuando me volví a despertar ya eran las 8:40, así que corriendo desayuné, ve vestí y me fui al colegio, pero con las prisas se me olvidó la merienda.
Llegué al colegio, allí me encontré con Marta y empezamos a hablar hasta que abrieron la puerta. Ya en la fila nos encontramos con Alicia y Teresa. Subimos a clase y todos, un poco enfadados nos sentamos de a uno. A primera hora tocaba “Mates”. No es una de mis asignaturas favoritas, y ahora que no podemos hablar, menos. Pero bueno, que se le va a hacer. Leímos los objetivos del tema y dimos el cuadrado y el cubo de un número. Me pareció fácil. Empezamos a hacer los ejercicios. Yo y algunos niños más nos quedamos atascados en el segundo, pero como estábamos enfadados con la maestra (o por lo menos yo) no le preguntamos. Corregimos el primer ejercicio y nos fuimos para Inglés. Tampoco me gusta mucho, pero hoy solo corregimos. Cuando terminó Inglés recogí mi mesa pensando que iba a venir el maestro de Educación Física. En su lugar, vino la maestra Carmen, muy cabreada se puso de pie en medio de la clase y dijo: “Qué le pasa a la vuestra maestra , ¿le habéis hecho algo?”
Ángel, que es el delegado de la clase, le explicó que el día anterior habíamos tenido un control de matemáticas, y que más de la mitad de la clase, aprovechando que la maestra se puso a hablar con un profesor que llegó a la clase y se olvidó de quitar la criba de Eratóstenes, se copiaron y ya tenían la criba hecha. La maestra Carmen nos dijo que teníamos que hacer algo para que nos perdonara. Así que empezamos a decirle la maestra Carmen las cosas que queríamos decirle a nuestra maestra. Cuando bajamos a educación física ya eran las 11:50, la mayoría de la clase se puso a jugar al fútbol, yo merendé y cuando terminó la clase Marta, Teresa, Alicia y yo nos fuimos a la clase de la maestra Carmen para pasar a limpio la carta. Nos pusimos muy nerviosas , porque ya eran las 12:28 y nos faltaba poner los nombres de todos nuestros compañeros y pegarla en una cartulina. Alicia y yo nos fuimos a por una cartulina, pero la puerta estaba cerrada. Tuvimos que entrar por la puerta que une nuestra clase con la de al lado. Justo cuando terminamos la carta sonó la sirena, y nos quedamos en la puerta esperando que la maestra subiera con la fila. Cuando llegamos, la maestra leyó la carta y nos explicó por qué estaba tan cabreada. El motivo no solo fue que nos copiáramos, eran muchas cosas que provocaron que se cabreara, porque nos explicó que si ella fuese una niña de 11 años también se hubiera copiado. También nos explicó que si la clase no funciona de manera democrática vamos a tener que estar hasta el viernes de la semana que viene funcionando como una clase “tradicional” para ver si así funcionamos mejor, y que nos apuntemos en un cuaderno todo lo que queramos decir (sobre cómo nos sentimos) en la asamblea de la semana que viene, donde decidiremos que tipo de clase nos gusta más (espero haberme explicado bien). Después de que nos explicara esto, corregimos los ejercicios de naturales y puso en la pizarra digital los que teníamos que hacer. Uno de mis compañeros (no me acuerdo quién) preguntó si se copiaban los enunciados, y la maestra dijo que sí, que todos teníamos que copiar los enunciados, todos menos Pablo, ya que su madre le dijo que tardaba mucho en hacer los ejercicios y la maestra le dijo que él no tenía que copiar los enunciados. En ese momento todos nos enfadamos mucho, y algunos niños lloraron por la rabia que sentían.
Por fin terminaron las clases (para todos menos para Alejandro, que se tuvo que quedar 10 minutos más como castigo por protestar)
Marta y yo salimos muy enfadadas y refunfuñando, ya que a los demás también nos lleva mucho tiempo copiar los enunciados.
Cuando llegué a casa tuve que ayudar a mi madre con Mimí (mi gata) porque estaba poniendo las puertas nuevas y no la podíamos dejar suelta. Mientras que mi madre estaba haciendo la comida, yo empecé a escribir en el blog. Luego comí salmón al teriyaki con verduras y arroz. Cuando terminé empecé a hacer los deberes. Eran fáciles. Luego merendé cereales de chocolate, y cómo no, Haru me persiguió para que le diese uno. Mientras merendaba veía una serie por el ordenador.
Luego, me puse en YouTube un “rato” hasta la hora de cenar, ahora estoy terminando de escribir en el blog, estaré un rato más en YouTube y después me iré a dormir.
Espero que os haya gustado.